Justo tras finalizar la II Guerra Mundial se encontraron frente a frente, a ambos lados de Berlín, dos bloques antagónicos, antaño unidos solo por un enemigo común, que dieron inicio a un largo conflicto de más de cuarenta años tanto en el plano armamentístico como de espionaje: la Guerra Fría. Pero esta merece un reportaje aparte. La cuestión es que nació un incansable intento de superar al enemigo en todos y cada uno de los ámbitos: en el social, en el político, en el deportivo, en el militar y, quizá en el más importante, en el científico. Y en este último se hizo un especial énfasis en el desarrollo de la exploración espacial, no tanto para fines científicos como para fines militares, pero si recubierto de una buena dosis de retórica pacifista y humanizadora.
Fue la Unión Soviética quien partió con la ventaja de ser el bloque que puso el primer satélite artificial (el Sputnik I), el primer ser vivo (la perra Laika, fallecida en la reentrada) y el primer humano (Yuri Gagarin) en el espacio. Lo siguiente: poner a un hombre en la Luna.
Parecía como si los EEUU estuvieran siempre a remolque de su rival. De eso dio mucha cuenta la Administración Kennedy por lo que, en un intento de ganar esta carrera, se hizo una masiva inversión en el terreno de la investigación espacial y conseguir adelantarse a los rusos a poner un hombre en la Luna.
Fue Kennedy quien afirmó con rotundidad en 1962 "Ninguna nación que espere ser el líder de otras naciones puede esperar mantenerse atrasada en la carrera por el espacio […] Nosotros escogemos ir a la Luna y hacer otras cosas, no porque sea fácil, sino porque es difícil." Sería pues una lucha encarnizada por conseguir dar la imagen de superioridad total.
No lo verían sus ojos pero fruto de ese empeño fue que, solo siete años más tarde, el hombre (estadounidense) pisara la Luna. Siete años. En tan solo siete años los EEUU remontaron el atraso tecnológico con respecto a los soviéticos y superaron las inmensas dificultades técnicas con las que se encontraron (incluidas las muertes de los tres astronautas del Apolo I). ¿Fueron pues las prisas las que llevaron a organizar un inmenso montaje para ganar a los soviéticos o se llegó a la Luna gracias al extraordinario esfuerzo económico dado?
Fue la Unión Soviética quien partió con la ventaja de ser el bloque que puso el primer satélite artificial (el Sputnik I), el primer ser vivo (la perra Laika, fallecida en la reentrada) y el primer humano (Yuri Gagarin) en el espacio. Lo siguiente: poner a un hombre en la Luna.
Parecía como si los EEUU estuvieran siempre a remolque de su rival. De eso dio mucha cuenta la Administración Kennedy por lo que, en un intento de ganar esta carrera, se hizo una masiva inversión en el terreno de la investigación espacial y conseguir adelantarse a los rusos a poner un hombre en la Luna.
Fue Kennedy quien afirmó con rotundidad en 1962 "Ninguna nación que espere ser el líder de otras naciones puede esperar mantenerse atrasada en la carrera por el espacio […] Nosotros escogemos ir a la Luna y hacer otras cosas, no porque sea fácil, sino porque es difícil." Sería pues una lucha encarnizada por conseguir dar la imagen de superioridad total.
No lo verían sus ojos pero fruto de ese empeño fue que, solo siete años más tarde, el hombre (estadounidense) pisara la Luna. Siete años. En tan solo siete años los EEUU remontaron el atraso tecnológico con respecto a los soviéticos y superaron las inmensas dificultades técnicas con las que se encontraron (incluidas las muertes de los tres astronautas del Apolo I). ¿Fueron pues las prisas las que llevaron a organizar un inmenso montaje para ganar a los soviéticos o se llegó a la Luna gracias al extraordinario esfuerzo económico dado?
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